lunes, 16 de julio de 2012

Rodari

Todavía estoy atado al libro de Rodari que comenté en el post anterior. Todavía tengo la impresión de llevar conmigo aquellas Historias para jugar de Gente Nueva. Con aquel libro crecí leyendo histórias que crecían conmigo. Años después en Macerata, Mara Salvucci, nos regaló (a la Curruca y a mí) Favole al telefono, que por la complicidad que nos une, ella supo que para nosotros sería un regalo maravilloso.
El libro que nos regaló Mara está en italiano, y seguro existen versiones en castellano, pero no quiero dejar de pasar al éter digital esta emoción de la lectura que mezcla mi infancia con estos días que parecen árboles de otoño.
De que trata el libro, dejo a Rodari que diga:

"Había una vez...
...el señor Bianchini, de Varese. Era un vendedor ambulante y seis días de los siete que tiene la semana recorría todo el país: de Este a Oeste y de Sur a Norte, vendiendo medicinas.
El domingo regresaba a casa y el lunes en la mañanita partía nuevamente. Pero primero que nuevamente se fuese, su hijita siempre le decía: -Acuerdate querido papá: todas las noches una historia.
Porque aquella niña no podía dormir sin una historia, y la mamá, las historias que se sabía, se las había ya contado todas hasta tres veces. Así cada noche, donde quiera que se encontrara, a las nueve en punto el señor Bianchini llamaba por teléfono a su casa y contaba una história a su hijita. Este libro contiene las historias del Señor Bianchini. Verán que son todas un poco cortas: son así por necesidad, pues el señor Bianchini pagaba las llamadas de su bolsillo, y no podía por eso hacer llamadas telefónicas muy largas. Solo alguna que otra vez, si había logrado vender mucho, se permitía algunos minutos más. Me han dicho que cuando el señor Bianchini llamaba a su casa en Varese la señora de la centralita telefónica del pueblo, suspendía todas las llamadas para escuchar sus historias. Sería porque algunas son historias muy bonitas."